¿Qué sabes de mi? Podría decirse que nada, y puede que sepas más cosas que yo. No estoy segura de si debo decir lo siguiente: pronto será abril, y no seremos los de antes, porque así lo quisiste... Entre tragedias y más tragedias, el mundo nos puso donde querías. Yo fui la chica con copos de nieve en el mes de enero... Y no te culpo por ser parte de mi invierno, yo simplemente quise lograr lo que nadie logró. Porque quería marcar tu vida, porque quería ser feliz contigo.
Nos dio febrero y no fuimos los mismo de antes, nos dieron más tiempo de lo pensado o quizá menos de lo sucedido. Ese pensador en el mundo de los sabios. El que escribe nuestro guion! Lamento decirlo pero querido, tu tiempo ya pasó. Eres como esa leche que caducó por el 11 de febrero, esa leche que probé un 12 de febrero, con la que hice analogías... La que me hizo pensar que podía caerme mal a pesar de que fuera 12 de febrero. No fuiste nada más que un crudo recuerdo y un vómito anhelado.
Nos dieron varios meses pero decidiste tirarlo todo a la basura, un susurro, un adiós! Una tonta despedida...
¿Sabes? Pensé mil veces en dejarlo todo por ti! pero no pude... Eras todo lo que quería. Porque en verdad te quería.
Nos dio febrero y no fuimos lo de antes, ni los de antes. Como cuando tocaba verte, como cuando quería besarte, como cuando quisiste besarme. Y te lo prohibí porque me sentía dentro de tu manipulación. Tu no sabes nada de mi, ha sido terrible dar contigo, tu no sabes lo que he hecho para alejarme de ti. No sabes lo que me costó arrancarme el corazón de golpe. No sabes, no tienes una idea y no podrías hacerte una idea.
Me da gusto que tu no tengas las cartas ahora, me gusta tenerlas yo. Me da muchísimo gusto. Por ahora controlo todo y ya no estoy ciega, ahora solo eres un recuerdo que conservo, eres una amenaza astral que ataca cuando menos lo espero, pero sigo sin entender muchas cosas de ti. ¿Sabes? No puedo entenderlas porque jamás me dejaste entenderlas contigo. En el mundo de los enamorados, se entienden. Pero no nos pasó... O tenias una rara forma de querer.
No puedes jugar a que el tiempo te regale migajas, a veces hace falta jugársela con la mente, eso lo aprendí contigo! A jugármela contigo... Que chistoso, ahora viene abril con toda su alteración. Y... ¿Sabes qué? No seremos lo de antes. Quizá nunca valió ser lo de antes.
